ADIOS, NOS VEMOS EN CUALQUIER PRIMAVERA CON UNA ESQUINA ROTA


Lo esencial es adaptarse.

Ya sé que a esta edad es difícil.

Casi imposible.
Y sin embargo, después de todo, mi exilio es mío,
No todos tienen un exilio propio.
Yo diría que hay que empezar a apoderarse de las calles.
De las esquinas, del cielo, de los cafés, del sol,
lo que es más importante de la sombra.
Cuando uno llega a percibir que una calle no le es extranjera
sólo entonces la calle deja de mirarlo a uno como a un extraño.
Y así con todo. .


(Fragmento Primavera de una esquina rota, Mario Benedetti).